La crianza con apego (“attachment
parenting”) o respetuosa como también se le conoce, responde a una filosofía basada en la teoría del apego
en la psicología del desarrollo, siendo uno de sus pilares el pediatra William
Sears. La crianza respetuosa se
fundamenta en el amor y el respeto. Está
enfocada en tener total conocimiento acerca de todas las necesidades de los
niños y satisfacerlas a cabalidad sobre una base de amor, respeto y sobre todo
empatía. Se trata de tener la capacidad
de ponernos en el lugar de ese ser humano en desarrollo y ofrecerle un crecimiento íntegro y en armonía. Los siguientes son algunos de los elementos
que han sido estudiados por profesionales como pediatras y psicólogos entre
otros, y reconocidos como beneficiosos y sobre todo necesarios para la crianza
de los niños:
- · Dormir con los hijos
- · Lactancia prolongada
- · Contacto físico permanente
- · Cargarlos en brazos
- · Evitar llevarlos a cuidos o guarderías
- · No violencia física ni verbal
Contrario a lo que se piensa, entre los beneficios
encontrados con esta crianza se destaca el que estos niños al crecer muestran características
como independencia, seguridad, liderazgo, empatía y sobre todo una gran
autoestima. Se entiende que la
dependencia hacia los padres en los primeros años de vida, los ayuda a
progresar con mucha seguridad hacia una muy saludable autonomía.
Es de suma importancia tener presentes que es
indispensable el que nos desprendamos de las imposiciones culturales, las
cuales hemos adoptado con el transcurso del tiempo casi de forma inconsciente y
como adaptaciones para poder ajustarnos a los distintos ritmos de vida. Nos debe ser muy común el que se nos acerquen
personas que nos digan frases como las siguientes: “Los niños son manipuladores”,
“Ya es tiempo de que lo destetes” y “No lo cargues que se acostumbra a estar en
brazos”, entre muchas otras. Ante
comentarios como estos debemos preguntarnos si no es esta una cultura que
contradice y atenta contra nuestra naturaleza e instintos y más aún, contra la
de nuestro bebé.
De acuerdo a la experiencia que he tenido con mi hijo
de cuatro años, he podido ver que ni el colecho, ni el cargarlo en brazos, ni
la lactancia, ni la crianza en base al respeto, la comprensión y el dialogo han
tenido consecuencias negativas en su desarrollo. Observo en él a un niño seguro
de sí mismo, independiente y con criterios propios. Ante una auténtica preocupación por los problemas
que aquejan a la sociedad, la crianza con apego, con niños sanos y felices que se
transformen en adultos libres, saludables, respetuosos y movidos por el amor, es mi aporte para cambiar el mundo.